lunes, 24 de noviembre de 2025

Manejo integrado de plagas en cultivos hidropónicos

 

Descubra cómo aplicar manejo integrado de plagas en cultivos hidropónicos para proteger sus plantas y asegurar una producción sostenible.

La hidroponía permite producir hortalizas con alta eficiencia en agua, espacio y nutrición. Aun así, el ambiente controlado no exime a los sistemas de la presión de insectos, ácaros y patógenos. El objetivo de esta nota es presentar, de forma práctica, estrategias de prevención, monitoreo y control para reducir la dependencia de agroquímicos y fortalecer la sanidad de los cultivos bajo cubierta. Como eje central, se explica qué es el manejo integrado de plagas, sus beneficios, los riesgos particulares en hidroponía y un paso a paso para implementarlo en invernadero.  ¡No deje de leernos! 

 

¿Qué es el manejo integrado de plagas?

 

El manejo integrado de plagas (MIP) es el uso inteligente y combinado de acciones culturales, tecnológicas, biológicas y, de ser estrictamente necesario, químicas, para mantener las poblaciones plaga por debajo de niveles que causen pérdidas económicas. Más que “eliminar”, el enfoque busca convivir con equilibrio, preservando enemigos naturales y la salud del agroecosistema. Entre sus principios están: cultivar plantas sanas, identificar correctamente la plaga, observar su dinámica poblacional, conservar enemigos naturales, registrar temperatura y humedad, y elegir tácticas de control adecuadas al problema.

 

El MIP integra métodos culturales (limpieza, desinfección, riego y nutrición adecuados), tecnológicos (trampas, mallas antiinsectos, manejo de microclima), biotecnológicos (atrayentes/repelentes, reguladores), legales (normativa fitosanitaria), biológicos (depredadores/parasitoides/microorganismos) y químicos como última instancia.

 

¿Cuáles son los beneficios del manejo integrado de plagas?

 

  • Menor presión química y menor riesgo de resistencia: el uso unilateral e indiscriminado de plaguicidas genera intoxicaciones y resistencia en las poblaciones plaga; el MIP reduce esta dependencia al priorizar prevención, control físico y control biológico integrado.

 

  • Mejora de inocuidad y calidad: la hidroponía ya aporta productos más limpios; al sumar MIP se limita la fumagina en hojas por melaza de áfidos/mosca blanca y se disminuye la transmisión de virus asociada a vectores, con impacto directo en rendimiento y apariencia comercial.

  

  • Sostenibilidad económica: la inversión en insumos para invernadero orientados a prevención (mallas, trampas, plásticos, herramientas de desinfección) y en buenas prácticas de higiene reduce pérdidas y el gasto recurrente en tratamientos de choque.

  

  • Conservación de fauna benéfica: al priorizar depredadores (mariquitas, crisopas), parasitoides (avispitas) y entomopatógenos (Bacillus thuringiensis, Beauveria bassiana), el sistema mantiene autorregulación y resiliencia.

  

Retos de los cultivos hidropónicos frente a plagas

 

La temperatura y humedad constantes favorecen ciclos rápidos de mosca blanca y trips; sin monitoreo, el invernadero puede convertirse en un “resguardo” para su reproducción.

 

  • Vectores y daños indirectos: la mosca blanca (Trialeurodes y Bemisia) y los áfidos extraen savia, excretan melaza que origina fumagina y, sobre todo, transmiten virus que deprimen rendimiento. Los trips raspan tejidos y dejan cicatrices plateadas en hojas y frutos, deteniendo crecimiento en plántulas.

 

  • Plagas “silenciosas”: el minador (Liriomyza spp.) reduce fotosíntesis con galerías serpenteantes; el control químico excesivo elimina sus parasitoides naturales y agrava el problema. La arañita roja (Tetranychus) suele pasar desapercibida al inicio; cuando se advierte el bronceado del follaje ya comprometió el desarrollo.

 

  • Riesgos en raíces y sustratos: en hidroponía con sustratos inertes, los nemátodos (Meloidogyne) pueden formar agallas y causar clorosis y marchitez al mediodía si ingresan por agua o material contaminado. De ahí la importancia de desinfectar sustratos y herramientas.

 

¿Cómo implementar el manejo integrado de plagas en un cultivo? 

 

Paso 1. Diseñar y equipar el invernadero para la prevención.

 

Es clave instalar fosas de desinfección en la entrada, restringir el acceso de personas y desinfectar herramientas como tijeras y cubetas. Un plástico para vivero en buen estado evita roturas que sirven de entrada a plagas, mientras que las mallas antiinsectos y la correcta ventilación ayudan a mantener un microclima estable y menos propicio para hongos y ácaros.

 

Paso 2. Planificar siembra y manejo del cultivo.

 

Elegir variedades adaptadas a invernadero y mantener densidades adecuadas permite buena ventilación y reduce estrés en las plantas. Además, la eliminación constante de residuos de cosecha, malezas y plantas enfermas dentro y fuera de la estructura minimiza focos de inóculo y rompe ciclos de plagas recurrentes.

 

Paso 3. Identificar plagas clave y riesgos asociados.

 

En hidroponía las plagas más frecuentes incluyen mosca blanca, áfidos, trips, minadores, arañita roja y nemátodos. Cada una afecta de forma distinta: desde la transmisión de virus (mosca blanca, áfidos) hasta daños en raíces (nemátodos). Conocer sus síntomas es indispensable para aplicar controles oportunos y específicos.

 

Paso 4. Monitorear y registrar de manera sistemática.

 

Se recomienda revisar el invernadero dos veces por semana y a diario en etapas de plántula. Las trampas cromáticas amarillas permiten detectar mosca blanca y minadores, mientras que el registro de temperatura y humedad facilita relacionar picos de plagas con condiciones ambientales, ayudando a tomar decisiones rápidas.

 

Paso 5. Aplicar tácticas de bajo impacto antes de recurrir a químicos.

 

El control cultural incluye desinfección de herramientas, eliminación de plantas enfermas y limpieza de pasillos. A nivel tecnológico destacan las trampas amarillas, trampas de luz y atrayentes caseros, junto con el uso de mallas antiinsectos. El control biológico integrado combina enemigos naturales como mariquitas, crisopas o Bacillus thuringiensis, y cuando el monitoreo lo justifique, se pueden usar extractos botánicos como neem o ajo. Los químicos selectivos deben reservarse como último recurso.

 

Paso 6. Ajustar tácticas según la plaga presente.

 

Para mosca blanca se aumenta el número de trampas y se aplican extractos vegetales; en minadores se evita el abuso de químicos que eliminan parasitoides; en áfidos se favorecen mariquitas y crisopas; en trips se mejora ventilación y sanidad; para arañita roja se controla humedad y polvo, y en nemátodos la prevención con sustratos limpios es la estrategia más eficaz.

 

Paso 7. Documentar resultados y mejorar continuamente.

 

Un cuaderno de campo con datos de capturas, condiciones ambientales y medidas aplicadas permite analizar tendencias y ajustar el manejo. Este registro constante convierte al manejo integrado de plagas en un proceso de aprendizaje que fortalece la productividad y la sostenibilidad del sistema hidropónico.

 

La hidroponía permite producir con eficiencia, y el MIP ayuda a sostener esa ventaja disminuyendo aplicaciones de choque, protegiendo enemigos naturales y cuidando la inocuidad del producto. La combinación ordenada de prevención, monitoreo y control —con prioridad a tácticas culturales, tecnológicas y biológicas— sostiene la productividad sin elevar la carga química del sistema. Para seleccionar mallas, tarjetas cromáticas, soluciones de bioseguridad, recubrimientos y demás insumos para invernaderoAgropinos actúa como aliado estratégico, con portafolio técnico y acompañamiento para dimensionar desde el plástico para vivero hasta los consumibles de monitoreo. De esta forma, cada invernadero puede consolidar un manejo de plagas efectivo, medible y sostenible en el tiempo. 

Artículo tomado de: Agropinos Insumos Agrícolas

Beneficios de las mallas de sombreo en invernaderos: cómo calcular el porcentaje de sombra óptimo

 

Conozca los beneficios de las mallas de sombreo y aprenda a calcular el porcentaje ideal para optimizar luz, temperatura y productividad en su invernadero.

El manejo del microclima dentro de un invernadero es uno de los factores más relevantes para la productividad agrícola. La radiación solar, aunque indispensable para la fotosíntesis, puede convertirse en un problema cuando supera los niveles tolerados por los cultivos, generando estrés térmico, deshidratación y disminución de rendimientos. En este escenario, las mallas de sombreo se consolidan como un recurso técnico fundamental para regular la entrada de luz, controlar la temperatura y mejorar la calidad del ambiente interno. 

 

Considerando todo esto, en este artículo se explican los beneficios de las mallas, cómo seleccionar el porcentaje de sombra adecuado según el cultivo o la región, y cuáles son las recomendaciones para instalar una malla para invernadero de manera eficiente.

 

¿Qué son las mallas de sombreo y para qué se usan en invernaderos?

 

Las mallas de sombreo son tejidos fabricados generalmente en polietileno de alta densidad (HDPE), diseñados para filtrar y regular la cantidad de radiación solar que penetra al interior del invernadero. Su estructura puede ser tejida o extruida, y están disponibles en diferentes porcentajes de sombreo que determinan la reducción de luz, calor y radiación ultravioleta.

 

Dentro de la agricultura protegida, la malla de sombreo cumple varias funciones:

 

  • Protección solar: evita la incidencia directa de radiación que eleva la temperatura del microclima, previniendo estrés térmico.

 

  • Mejora del ambiente de trabajo: crea condiciones más seguras y cómodas para operarios y técnicos en el invernadero.

 

  • Filtrado selectivo: algunos modelos incluyen aditivos que bloquean radiación ultravioleta dañina y permiten el paso de longitudes de onda favorables para el crecimiento vegetal.

 

  • Versatilidad de aplicación: pueden instalarse de forma externa o interna en estructuras, así como en espacios abiertos, utilizando lonas para sombra en áreas de poscosecha o almacenamiento temporal.

 

En la práctica, son uno de los insumos para invernadero más importantes para la gestión climática, junto con plásticos de cubierta, sistemas de ventilación y equipos de riego.

 

¿Cuáles son los beneficios de usar mallas de sombreo?

 

El uso de malla para invernadero con sombreo adecuado aporta ventajas técnicas y agronómicas comprobadas, como por ejemplo: 

 

  • Control de temperatura y humedad relativa: al reducir el ingreso de radiación directa, se evita el sobrecalentamiento y se mantiene un microclima más estable, esto favorece la transpiración controlada de las plantas. Estudios técnicos indican que una reducción del 30 % de radiación puede disminuir hasta 5 °C la temperatura interna del invernadero (Divetogarden, 2023).

 

  • Mayor eficiencia en la fotosíntesis: no toda la luz solar disponible es aprovechable por los cultivos. La malla de sombreo permite filtrar los excesos de radiación y dirigir la energía lumínica hacia rangos útiles para la fotosíntesis, lo que se traduce en mayor uniformidad y calidad de producción.

 

  • Prevención de daños en tejidos vegetales: cultivos sensibles como lechuga, pimiento o fresa presentan quemaduras foliares cuando la radiación es excesiva. Con el sombreo adecuado, se reduce el riesgo de necrosis y pérdidas por estrés fisiológico.

 

  • Optimización del uso del agua: al disminuir la temperatura interna y la radiación directa, las plantas transpiran menos, reduciendo la frecuencia de riego y mejorando la eficiencia de los sistemas de riego.

 

  • Protección adicional contra viento y granizo: algunas presentaciones de lonas para sombra también ofrecen resistencia mecánica, lo que mitiga daños estructurales en las plantas durante condiciones climáticas extremas.

 

¿Cómo calcular el porcentaje de sombra óptimo?

 

Determinar el porcentaje adecuado de sombreo depende de múltiples factores: especie cultivada, etapa fenológica, región geográfica y condiciones específicas del invernadero.

 

1. Por cultivo

 

  • Hortalizas de hoja (lechuga, espinaca, acelga): requieren entre 30 % y 40 % de sombra, ya que son sensibles al exceso de radiación y se busca evitar bordes quemados.

 

  • Frutales bajo invernadero (fresa, arándano, tomate cherry): suelen funcionar bien con un 30 % a 35 % de sombreo, que protege sin comprometer la floración y la maduración de frutos.

 

  • Ornamentales y viveros: pueden necesitar entre 50 % y 70 % de sombra, dependiendo de la especie y de su tolerancia a la luz.

 

2. Por región

 

  • Zonas cálidas y áridas: se recomienda aumentar el porcentaje de sombreo en 35% respecto a valores estándar, ya que la radiación solar y la temperatura son más intensas.

 

  • Regiones templadas o de altitud media: un 30–40 % es suficiente en la mayoría de los cultivos, pues las temperaturas son moderadas.

 

3. Fórmula práctica

 

El cálculo se puede realizar con base en la siguiente fórmula: 

 

Fórmula práctica

 

Este enfoque permite ajustar la elección de la malla a las condiciones locales y no depender únicamente de valores de referencia.

 

¿Cómo instalar las mallas de sombreo en un invernadero?

 

La instalación de una malla para invernadero debe garantizar cobertura uniforme, estabilidad y facilidad de retiro en caso de mantenimiento. Para que se puedan garantizar todos estos factores, compartimos algunas recomendaciones clave:

 

  • Definir el tipo de instalación: puede colocarse de manera externa (sobre la estructura del invernadero) para mayor protección contra calor y radiación, o interna, cuando se busca flexibilidad para abrir y cerrar según la hora del día.

 

  • Fijación segura: se utilizan ganchos, clips o tensores que evitan desgarros y permiten mantener la tensión adecuada sin dañar la estructura.

 

  • Pendiente y orientación: instalar la malla de sombreo con una ligera inclinación mejora la evacuación de agua en caso de lluvia y evita acumulación de polvo.

 

  • Compatibilidad con otros sistemas: la malla debe integrarse con la ventilación natural, extractores o nebulizadores para no interferir con el flujo de aire interno.

 

  • Mantenimiento periódico: revisar cada temporada para detectar desgastes, limpieza de polvo y reposición de piezas dañadas garantiza mayor durabilidad y eficiencia.

 

En algunos proyectos, se combinan lonas para sombra con plásticos difusores y equipos de climatización para lograr un control más integral del microclima.

 

Las mallas de sombreo representan una herramienta estratégica para optimizar el ambiente dentro de un invernadero, ya que reducen la radiación solar excesiva, estabilizan la temperatura, mejoran la fotosíntesis y protegen los cultivos de daños físicos. Elegir el porcentaje de sombra adecuado es una decisión técnica que debe basarse en el tipo de cultivo y las condiciones de la región, considerando valores de referencia y fórmulas prácticas para ajustar cada caso.

 

En Agropinos, entendemos que el éxito de un proyecto agrícola depende de contar con los mejores insumos para invernadero. Por ello, ofrecemos un portafolio completo que incluye mallas de sombreo, plásticos de cobertura, accesorios para riego y soluciones diseñadas para mejorar la eficiencia de cada sistema productivo. Con nuestro acompañamiento, los productores logran un manejo climático más preciso y sostenible, asegurando la calidad y productividad de sus cultivos.

Artículo tomado de: Agropinos Insumos Agrícolas